Adicciones en jóvenes

En este artículo vamos a indagar sobre un tema que nos preocupa, las adicciones en jóvenes, con el objetivo de dar ideas y pautas sobre  lo que los padres y adultos podemos hacer para evitar un  consumo adictivo.

Para ello vamos a explicar primeramente lo que es una adicción. Podemos decir que una adicción es un exceso  del deseo, un déficit de la voluntad y en definitiva: un mal funcionamiento de ambos. Adicción es un estado compulsivo y obsesivo donde la preocupación por el consumo esclaviza la voluntad y el deseo de la persona.  El objeto de la adicción ocupa todo el interés del adicto, desatendiendo el resto de actividades y de relaciones personales. 

Existe una graduación en la intensidad del deseo, en un extremo tendríamos la apatía total o falta de deseo y por el otro un exceso del mismo que llamamos adicción. Podemos decir que las adicciones se van gestando en fases sucesivas:

1) Experimentación con el hábito adictivo: es el primer paso, es la curiosidad por adentrarse en aquello que a la larga genera la adicción.

2) Uso recurrente: empieza a crearse el hábito, deja de ser algo casual. La adicción deja de ser algo que sucede los fines de semana o en momentos de entretenimiento. La costumbre empieza a llevarse a cabo con regularidad, hasta el punto de ocupar el tiempo y espacio de las obligaciones.

3) Abuso: el  uso empieza a hacerse regular durante casi todas las semanas. El adicto dejar de dedicarle tiempo a sus cuestiones cotidianas para usarlo en su adicción.

4)  Adicción: ya es la fase crítica. El vínculo con amigos, familiares y el estilo de vida se rompe. Ya es una etapa donde la persona empieza a tener conductas que implican factores de riesgo. Cuando una persona está en la etapa 4, necesita ayuda para poder superar el problema que tiene.

La adicción es una enfermedad mental en la que se dan cambios a nivel cerebral, psicológico y social. Tras un tiempo de consumo abusivo determinado se aprecian cambios en el cerebro del adicto que acompañan a sus cambios conductuales y de pensamiento.

A un nivel más profundo, podemos decir que la adicción nace para curar o paliar una herida, una inseguridad básica o una insatisfacción profunda e inconsciente.  Con la adicción, la persona busca satisfacción de una manera equivocada, imposible de saciar. 

Por todo ello y para ayudar al adicto en su recuperación, es importante eliminar los prejuicios  acerca del tema de las adicciones y dejar ya de lado el estigma que tienen las adicciones. Mas o menos inconscientemente, el adicto no quiere reconocer que lo es por el significado de fracaso que conlleva. En una medida o en otra, muchos de nosotros hemos tenido o tenemos un grado u otro de adicción, pues , cualquier substancia o actividad que nos guste se puede convertir en una adicción.

Tipos de adicciones: Podemos diferenciar en un principio las adicciones con substancia y las que no conllevan ninguna. 

La adicciones con substancia son las drogodependencias. Dentro de estás distinguimos:

  • Las drogas que estimulan el sistema nervioso central como la cocaína, anfetaminas, cafeína, nicotina.
  • Las depresoras del funcionamiento cerebral que lo relajan como los opioides como la heroína, metadona, psicofármacos como el fentanilo, la codeína, los ansiolíticos, analgésicos,  hipnóticos y el alcohol.
  •  Las que lo alteran como el LSD o los derivados del cannabis.

Las adicciones sin substancia

:

  • Actividades: compras, juego, internet, videojuegos, móvil, deporte, sexo, comida, trabajo,..
  • Personas: dependencia emocional.

Adicción a internet y nuevas tecnologías

Vamos a centrarnos ahora en las adicciones a las pantallas pues se puede decir que junto con los grandes beneficios en cuanto a facilitarnos la vida, también aparecen riesgos en los jóvenes. 

Un estudio estadístico español de 2019  nos habla de que el 18% de los jóvenes entre 14 y 18 años tienen un abuso en el uso de estas tecnologías. Estando en un 2% el porcentaje de adictos. Realmente hablamos de un riesgo importante, podemos decir que es una epidemia silenciosa, nadie habla de ella.

Los riesgos más graves de internet son:  el peligro de adicción, el acceso a contenidos inadecuados, el ciberacoso y el juego on line (es el tipo de adicción al juego de jóvenes menores de 30 años).

¿Qué personas tienen mayor riesgo de adicción?

  • Personas con personalidad impulsiva que buscan emociones fuertes, con autoestima baja, con intolerancia a lo displacentero.
  • Carencia de gestión emocional.
  • Vulnerabilidad emocional por diferentes circunstancias familiares, sociales, pobreza de relaciones sociales.
  • Comorbilidad: a veces la adicción se relaciona con la depresión, hiperactividad, consumo de drogas.

Señales de alarma en los jóvenes :

  • Más  2 horas de uso  en días laborables.
  • Utiliza en móvil cuando no es adecuado: comidas, baño, clase.
  • Persona ausente con pensamientos centrados en las redes sociales o similar.
  • Aislamiento en personas que antes eran sociables.
  • Falta de rendimiento escolar de forma brusca.
  • Somnolencia.
  • Reduce de forma brusca sus actividades de ocio.

Estrategias  preventivas por parte de los padres:

  • Normativas  para  no tener un uso excesivo del móvil, limitar el tiempo de conexión (no más de una hora o dos en días laborables). No dar el móvil al niño para que se calme.
  • Revisar sus contenidos.
  • Momentos familiares de no conexión a móviles.
  • Los móviles por la noche  quedan fuera de la habitación.
  • Quitar el sonido de los mensajes.
  • Evitar la multitarea. Enseñarles a centrarse en una sola actividad a la vez.
  • Incidir en preservar la intimidad y su incompatibilidad o dificultad con el universalismo de internet.

Dieta tecnológica adaptada a la edad:

Niños menores de 2 años: no acceso a pantallas.

De 2 a 5 años: si videos

De 6 a 9: navegar por internet.

12-13 años: teléfonos inteligentes.

El uso inadecuado de internet es un problema de salud pública y se necesita una actuación conjunta entre los padres y profesores para crear una pautas de uso adecuado a los niños y jóvenes, pues es muy difícil enfrentarse al problema desde una sola familia ante el “todos los hacen”.

Prevención de adicciones

La base está en crear una buena relación con tu hijo, es decir una relación basada en el cariño, la comprensión, la comunicación, el respeto, la atención, el cuidado y la aceptación. Esta relación es la base para que los hijos tengan una buena autoestima y autoaceptación, es decir, el mejor antídoto contra la adicción.

Comunicación abierta: Fomentar una comunicación honesta, afectiva y abierta con los hijos, creando un entorno donde se sientan seguros para expresar sus preocupaciones, experiencias  y preguntas.

 Establecer límites y normas claras: Establecer reglas claras sobre el consumo de sustancias, el uso de dispositivos electrónicos y otras conductas de riesgo, explicando las consecuencias de incumplirlas. 

Enseñar habilidades para tomar decisiones: Ayudar a los adolescentes a desarrollar habilidades de toma de decisiones saludables y resiliencia frente a la presión de grupo.

Proporcionar información precisa y educación sobre los riesgos asociados con el consumo de sustancias y comportamientos adictivos. Hablar sobre los efectos negativos a corto y largo plazo que pueden tener en la salud física, mental y emocional.

Modela un comportamiento saludable: Los padres son modelos a seguir para sus hijos, por lo que es importante dar un ejemplo positivo. Si bebes alcohol, hazlo de manera responsable y moderada. Evita el consumo de drogas y comportamientos adictivos.

Fomenta actividades saludables: Ayuda a tus hijos a encontrar actividades y pasatiempos que les interesen y les brinden una sensación de logro y satisfacción. Esto puede incluir deportes, arte, música, voluntariado u otras actividades positivas.

Supervisión y monitoreo: Mantén un nivel adecuado de supervisión y monitoreo de las actividades de tus hijos, especialmente durante la adolescencia. Conoce a sus amigos y las personas con las que pasan tiempo. Establece reglas claras sobre dónde pueden ir y cuándo deben regresar a casa.

Enseña habilidades de afrontamiento: Ayuda a tus hijos a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables para manejar el estrés, la presión de grupo y otras situaciones difíciles. Enséñales alternativas saludables para lidiar con el estrés, como el ejercicio, la meditación, la comunicación abierta y la resolución de problemas.

Establece una red de apoyo: Asegúrate de que tus hijos tengan acceso a una red de apoyo sólida, que incluya amigos, familiares y adultos de confianza. Esto les brindará un sistema de apoyo en caso de que enfrenten dificultades o presiones negativas.

Recuerda que ninguna medida preventiva garantiza que tus hijos tendrán problemas de adicción, pero al tomar estas acciones, puedes reducir significativamente el riesgo y fomentar un estilo de vida saludable y responsable. Si tienes preocupaciones específicas o notas signos de consumo problemático, busca la ayuda de profesionales de la salud o especialistas en adicciones.

Cómo ayudar a un adolescente con adicciones: 

Cuando los padres se enfrentan al consumo adictivo de sus hijos, es importante abordar la situación de manera adecuada y tomar medidas para intervenir. Aquí hay algunas pautas a seguir:

Reconoce la situación: Si sospechas o tienes pruebas de que tu hijo está experimentando problemas de consumo adictivo, es fundamental reconocer la situación y aceptar que hay un problema. No ignores las señales o minimices la gravedad de la situación.

Mantén la calma y busca apoyo: Es comprensible que los padres se sientan angustiados, preocupados o incluso enojados al enfrentar el consumo adictivo de sus hijos. Sin embargo, es importante mantener la calma y buscar apoyo emocional para manejar tus propias emociones. Puedes buscar ayuda de otros miembros de la familia, amigos cercanos o profesionales de la salud.

Comunícate de manera abierta y no juzgues: Habla con tu hijo de manera abierta y comprensiva. Evita el juicio y la crítica, ya que esto puede alejar a tu hijo y dificultar la comunicación. Escucha activamente sus preocupaciones y experiencias, y bríndale un espacio seguro para que se exprese.

Busca ayuda profesional: El consumo adictivo es un problema complejo y puede requerir la intervención de profesionales capacitados. Busca ayuda de médicos, psicólogos, terapeutas, consejeros u otros expertos en adicciones. Ellos pueden ayudarte a evaluar la situación, proporcionar orientación y recomendar los pasos a seguir.

Apoya el tratamiento y la recuperación: Una vez que tu hijo esté recibiendo tratamiento o esté en proceso de recuperación, apóyalo de manera activa. Participa en sesiones terapéuticas si es necesario, asiste a grupos de apoyo para familias y sigue las recomendaciones de los profesionales de la salud. Sé paciente y comprensivo durante el proceso de recuperación, ya que puede llevar tiempo y requerir esfuerzo por parte de tu hijo.

Establece límites claros: Aunque es importante ser comprensivo y apoyar a tu hijo, también es fundamental establecer límites claros. Esto puede incluir reglas sobre el consumo de sustancias, supervisión de actividades y establecimiento de consecuencias apropiadas en caso de violación de los límites establecidos. Los límites deben ser consistentes y firmes, pero también realistas y alcanzables.

Busca tu propio apoyo: La adicción puede ser una experiencia desafiante y desgastante para los padres. Busca tu propio apoyo a través de grupos de apoyo para familias, terapia individual o cualquier otra forma de apoyo emocional que te ayude a sobrellevar la situación.

Recuerda que cada situación es única y puede requerir un enfoque personalizado. Siempre es recomendable buscar la ayuda de profesionales para obtener orientación específica sobre cómo abordar el consumo adictivo de tus hijos.

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