Todo lo que podamos conocer sobre el ansiado amor nos ayudará a vivir de una manera más independiente y feliz, pues algunas ideas sobre lo que es él nos lo impiden.
En un principio podemos decir que muchas veces confundimos el amor con las ficciones sobre él, como la que nos hace creer que nuestra felicidad consiste en que nos amen en vez de nosotros amar.
Por otra parte, quizá separemos demasiado el concepto de quienes somos nosotros y de quienes son los demás. Podemos pensar que solo somos individuos aislados pero realmente estamos profundamente relacionados con los demás. Esto lo apreciamos claramente al observar nuestros sentimientos ante el dolor y la alegría de los demás.
Amar es salirnos de la idea simple de nosotros mismo y tomar otra perspectiva más global: considerarnos parte de la humanidad y del mundo que debemos cuidar y amar. Podemos elegir entre percibir a los demás como seres que nos atacan y entonces temerlos o como seres que necesitan amor y entonces amarlos.
Ante cualquier situación que no sea claramente amenazante, proponemos elegir la segunda opción y buscar como objetivo de nuestra vida el logro de la paz mental. Todos tenemos dentro de nosotros la posibilidad de convertirnos en ángeles o demonios, lo cual, a veces, se puede desencadenar con la mirada temerosa o amorosa de los demás.
Esto no excluye nuestra mirada y acciones defensivas ante los concretos peligros, pero un exceso de esta protección y miedo, puede conseguir lo contrario al impedir tener una vida plena.
Es muy satisfactorio ver a las relaciones como oportunidades para unirnos a los demás y amarlos como a nosotros mismos. ¿Lo has probado?
(Texto, Consuelo Hernández,psicóloga clínica CEDAR)
