NAVIDADES Y ADICCION
La adicción a las compras es una de las problemáticas psicosociales que ha despertado mayor interés en los últimos años por su creciente prevalencia y los elevados costes que conlleva tanto a nivel personal como familiar y socio-sanitario. Además, se pone de manifiesto la importancia de diseñar propuestas preventivas y de intervención, algo tan complejo en la sociedad de consumo en la que todos vivimos.
La adicción a las compras se define como la necesidad impulsiva y descontrolada de comprar cosas, a menudo sin importar si son necesarias o útiles. La forma en la que funciona la adicción es como un ciclo repetitivo que incrementa la conducta de comprar. Vamos a explicar un poco más este ciclo. En primer lugar, aparece una emoción desagradable que genera cierta angustia y la persona lo que hace es comprar algo para aliviar ese malestar. A continuación, se puede experimentar una sensación de alivio efímera tras realizar la compra pero inmediatamente después suele aparecer un sentimiento de culpa o ansiedad que le lleva a volver a comprar para aliviar de nuevo esa sensación. Este ciclo adictivo lo que provoca es un incremento en la conducta ya que se convierte en una estrategia para aliviar el malestar.
En cuanto a la intervención, se exploran las raíces a nivel psicológico de esta conducta, analizando los factores emocionales, sociales y culturales que pueden estar contribuyendo al desarrollo y mantenimiento de la adicción. Existen diversas causas que se deben explorar en cada caso concreto. Algunas de ellas pueden ser, la gratificación emocional, la presión social, la comparación, la búsqueda de la identidad, como escape emocional para aliviar preocupaciones o el refuerzo positivo (cuando compro me siento bien y por eso lo repito).
¿Cómo saber si tengo una adicción?
Se pueden identificar ciertas señales que podrían explicitar una adicción a las compras. En primer lugar, sería importante identificar si existe una compra compulsiva sin una necesidad real impulsadas por la emoción vinculado a una preocupación constante por las compras (planificar compras, revivir experiencias pasadas comprando…). Además, es esencial identificar si tras la compra se experimenta un sentimiento de culpa y una sensación de falta de control a la hora de establecer el propósito de reducir las compras. Otra señal a tener en cuenta es si es un comportamiento que, de alguna forma, se oculta y esconde y está afectando en tus relaciones personales o en tus responsabilidades.
Por otro lado, se mencionan a continuación ciertas frases o pensamientos que evidencian esta adicción:
- Esta oferta es demasiado buena para dejarla pasar, no he podido resistirme.
- Comprar me ayuda a olvidar mis problemas por un momento.
- Tengo que estar siempre a la moda, aunque lo que me compre sea similar a lo que tengo.
- Cuando estoy aburrida necesito comprar, es mi forma de ocupar el tiempo.
- Después de un día difícil, comprarme algo es una forma de recompensarme.
- Estas compras no están afectando tanto a mi economía realmente.
- Voy a comprar esto que seguro que lo necesito en un futuro.
- Mis amigos siempre tienen cosas nuevas, siento esa presión de estar a la altura.
- Si tengo esto, me sentiré más completa y feliz.
¿Qué puedo hacer si me he sentido identificad@?
En primer lugar, buscar ayuda. A veces cuesta mucho pedir ayuda, pero es importante reconocer cuando hay algo que nos está costando y necesitamos un profesional con el que poder trabajar y lograr tener una mejor calidad de vida.
Para poder rehabilitarte de esta adicción es esencial el autoconocimiento, saber qué emociones desagradables te llevan a esos comportamientos compulsivos y trabajar en cómo gestionar esa ansiedad, tristeza o enfado de otra manera más beneficiosa para ti, más alineada contigo y no tanto guiada por un impulso que no puedes frenar.
Sería importante que pudieras establecerte un presupuesto y que antes de ir a comprar pudieras escribir la lista de la compra para no salirte de lo escrito. Es importante adaptar la intervención a tu caso concreto así que si te has sentido identificad@, ¡No dudes en contactarnos! ¡Podemos ayudarte!
Claudia Sánchez Díaz, Psicóloga CEDAR.
